6 de Agosto de 2014- Miercoles
Mi bien llega a mí de Dios, firme y constantemente.
Bien constante
Puesto que deseo que mi bien llegue a mí en constante fluir, de mí depende ser constante también en mi fe. Si me encuentro teniendo altibajos, vigilo mis pensamientos, mis palabras y mis acciones. Si deseo buena salud, abundancia y felicidad, recuerdo que como pienso, así soy yo, y que según siembre, así cosecharé. Recuerdo las lecciones de Jesús. Él dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Dijo que oráramos creyendo, sin cesar; que oráramos en secreto y se nos compensaría abiertamente.
Yo sé que si permanezco en su enseñanza, recibiré los beneficios prometidos. Yo puedo formar el hábito de pensar positivamente; el hábito de pensar positivamente; el hábito de la oración silenciosa; el hábito de las palabras afirmativas.
Lucas 18:1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar