20 de Agosto de 2014- Miercoles
El espíritu de Dios en mí da estímulo a mis compromisos.
Compromiso
Los compromisos me vinculan en mente y corazón a personas, aspiraciones y metas. Cuando me doy de todo corazón a una relación, un empleo o un plan, lo hago bien; sin embargo, cuando mi primer compromiso es centrarme en Dios, traigo una medida mayor de amor, comprensión e imaginación a cualquier compromiso.
Por tanto, si determino hacer todo lo posible en una relación nueva o en una de largos años, primero hago el compromiso de centrarme
en Dios en mente y corazón. Llevo amor y compasión a toda interacción con los demás. Si comienzo una clase o un empleo nuevo o si continúo los que ya he empezado, primero hago el compromiso de centrarme en Dios con mente y corazón.
Romanos 12:11
“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”.