24 de Septiembre de 2014- Miercoles
Hago surgir lo que necesito del campo de potencial infinito.
Oración
Mi tiempo de oración comienza con un cambio en conciencia. Al apartar mi atención del mundo material, reconozco la presencia más allá de las apariencias: la presencia en todo lo que existe. Me sumerjo en esta energía. No oro a Dios, oro partiendo de una conciencia de Dios. En este lugar de conciencia pura, mi ser es uno con lo divino. Me convierto en un centro radiante de la conciencia de Dios; atraigo todo lo que necesito para estar bien y ser fuerte, exitoso y próspero. Hago surgir la respuesta a mis oraciones del campo de potencial infinito. Mi oración es segura; toda necesidad ya está satisfecha. La bondad de Dios está disponible para mí aquí y ahora.
Juan 15:7
“Si ustedes permanecen unidos a mí, y si permanecen fieles a mis enseñanzas, pidan lo que quieran y se les dará”.