13 de Noviembre de 2014- Jueves
Siento gratitud por la gracia incondicional y siempre presente de Dios.
Gracia
La gracia es mi herencia divina. Soy una expresión perfecta y única de Dios. Solo si doy poder a la duda o el temor, puedo sentirme separado de mi Creador. Cuando tengo presente el amor incondicional de Dios, vivo en gracia y unidad. Jesús ejemplificó la gracia demostrando compasión y aceptación. Él vio y apreció lo divino en todos, aun en aquellos excluidos por los demás. Tal como lo hizo Jesús, creo que la naturaleza crística –la presencia de Dios– vive en mí y en todo ser. Dejo ir toda duda, y acepto y celebro con gozo la naturaleza divina en mí y en los demás. Al vivir plenamente en la gracia de Dios, siento la verdad de su amor perfecto.
Juan 1:17 Pues la ley fue dada por medio de Moisés, mientras que la gracia y la verdad nos han llegado por medio de *Jesucristo.