19 de Noviembre de 2014 - Miercoles
Aplico mis talentos y habilidades a mi trabajo y tengo éxito.
Éxito
Mi trabajo es más que una fuente de ingreso; también es una fuente de satisfacción. Me da la oportunidad de utilizar los talentos y habilidades que Dios me dio. Cuando utilizo mis dones para servir, logro el éxito verdadero.
Ningún trabajo tiene que ser aburrido o rutinario. Si siento que mi trabajo no me brinda la oportunidad de crecer, oro por un cambio. Al mismo tiempo, hago lo mejor que puedo donde estoy y doy gracias a Dios por mi trabajo todos los días. Brindo felicidad a la gente que sirvo. Hoy pongo mi corazón en lo que hago, sabiendo que el verdadero éxito proviene del interior. ¡Soy bendecido por poder servir a la humanidad!
1 Crónicas 28:9
“El Señor escudriña los corazones de todos y entiende toda intención de los pensamientos”.