25 de Noviembre de 2014- Martes
Soy guiado y restaurado por el poder y la luz de Dios.
Dejar ir
Durante la temporada festiva, hacer mandados, compras, planificar comidas y ser anfitrión en reuniones puede causar estrés. Si me siento agobiado, me detengo y respiro profundamente. Dejo ir las preocupaciones del día y permito que Dios restaure mi paz. Al comulgar con Dios, suelto la ansiedad y dejo que el Espíritu renueve mi energía. Entonces, tengo la fortaleza y la calma para completar mis tareas. Dios es mi luz y mi guía. Si necesito ayuda para dar mi próximo paso, voy a mi interior, me hago a un lado y permito que el Espíritu haga resplandecer la luz del entendimiento en mí.
Mi vida fluye sin tropiezos cuando cedo a la luz y el poder divinos.
Lucas 1:79
“Para alumbrar a los que viven en tinieblas... para encaminarlos por la senda de la paz”.