26 de Noviembre de 2014- Miercoles
Saludo a todas las personas con hospitalidad.
Hospitalidad
Esta temporada festiva puede brindarme la oportunidad de darles la bienvenida a otros a mi casa, mi trabajo o mi iglesia. Bien sea el anfitrión de amigos o de personas que apenas conozco, saludo a cada uno de ellos con hospitalidad sincera. La hospitalidad es mi regalo. Y al dar, recibo. Demuestro amabilidad cuando considero las necesidades y los deseos de los demás. Me deleito al hacerlos sentir en casa. Mi atención y bondad son expresiones del amor de Dios en mí. La gratitud llena mi corazón cuando sirvo y aprecio a los demás. Reconozco lo mucho que me han bendecido y se los hago saber. Mi hospitalidad me vincula con los demás y les hace saber cuán especiales son.
Hebreos 13:2
“Y no se olviden de practicar la hospitalidad, pues gracias a ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”.