30 de Noviembre de 2014- Domingo
Tengo fe absoluta en Dios.
Fe
A medida que se aproxima la Navidad, mi fe se aviva cada vez más. Imagino lo que ocurrió hace más de dos mil años. María esperaba al niño Jesús. Su expectativa y maravilla fueron multiplicadas porque ella sabía que este bebé era particularmente especial. Su fe era absoluta e inmutable.
Mi fe en Dios también es inmutable. Si siento duda, cierro los ojos para sentir la presencia del Espíritu. Al recordar que con Dios todas las cosas son posibles, mi fe es renovada instantáneamente. Quizás no entienda todas las complejidades de la vida, pero la comprensión espiritual me asegura que el orden divino siempre está presente. Al ser guiado a algo nuevo, e incluso difícil, camino con fe y espero solo el bien.
Mateo 21:22
“Si ustedes creen, todo lo que pidan en oración lo recibirán”.