28 de Diciembre de 2014- Domingo
Perdono y mi divinidad florece.
Perdonar
Los resentimientos hacen que mi corazón se cierre como una flor que se marchita. El perdón es el agua que me nutre y que hace que mi expresión florezca de nuevo. Perdonar me libera para ser próspero, saludable, creativo y gozoso. Invoco al Espíritu en mí para que irradie amor sanador a través de mí. Dejo ir cualquier rencor. Al perdonar, me libero del resentimiento y puedo ser quien verdaderamente soy.
El perdón requiere conciencia, voluntad y dejar ir. Permanezco consciente de como me siento honestamente y me doy el tiempo necesario para sanar. Cuando esté listo, dejo ir y todo el bien que deseo, y más aún, llega a mi vida. Al perdonar, mi divinidad florece.
- Nehemías 9:17
“Pero tú eres un Dios que perdona; eres un Dios clemente y compasivo, no te enojas fácilmente porque tu misericordia es grande”.