30 de Diciembre de 2014-Martes
Por medio del poder de Dios en mí, mi sueño se convierte en realidad.
Sueño
Un plan divino para bien obra en mi vida y en el universo. Mi sueño es parte de ese plan. Proviene de Dios, una visión y un deseo sembrados en mi corazón. Para manifestarlo, utilizo mi facultad de la imaginación. Me veo logrando mi sueño. Me permito sentir lo que experimentaré al lograrlo.
Si enfrento retos, no me desaliento. Mantengo la atención enfocada en mi visión, y confío en que Dios me revelará mi propósito y dirección. Doy el próximo paso con confianza. El deseo de mi corazón me impele por sobre cualquier obstáculo. Mi sueño tiene su origen en Dios, y es para el desarrollo de mi alma. Participo con gozo en el plan divino que bendice al mundo.
- Salmo 21:2
“Le has concedido el deseo de su corazón y no le negaste la petición de sus labios”. (F)