08 de Febrero de 2015- Domingo
El bien de Dios está siempre presente en mi vida.
Prosperidad
Mi vida es un canal para el bien de Dios. Determino el fluir de la sustancia divina en mi vida y a través de mis actitudes, pensamientos y acciones. Así como los canales de agua pueden ser bloqueados, mi vida puede sentirse obstruida por ideas de temor, escasez y falta de perdón. Elimino de mi mente cualquier barrera y me mantengo receptivo a un fluir mayor de bien.
Dejo ir la creencia de que algo o alguien puede impedir mi bien. Participo en la circulación de bendiciones al dar generosamente y recibir abundantemente. Mantengo pensamiento de gratitud y confío en el fluir constante de bien en mi vida. Disfruto de la riqueza que proviene de un corazón sereno.
Salmo 36:8
“Quedan completamente satisfechos con la abundante comida de tu casa; tú les das a beber de un río delicioso”.