11 de Febrero de 2015- Miercoles
Al orar juntos, somos uno en Espíritu.
Orar por otros
Los sentimientos y necesidades de otros hacen eco en mi corazón. Al orar por los demás, cierro los ojos y guardo silencio. Para prepararme, invito al Espíritu morador a que se exprese por medio de mis pensamientos y oraciones. Mi mente se aquieta y siento que la fuente de salud vibrante, abundante prosperidad y amor incondicional me envuelve.
Presto atención a la guía de mi Espíritu y oro afirmativamente. Tengo presente mi vínculo con los demás. Deseo para todos el bien que deseo para mí. Compartimos el mismo Espíritu y tomamos del mismo pozo de verdad, reconociendo el poder que surge gracias a nuestra unidad en Dios.
1 Tesalonicenses 1:2
“Siempre damos gracias a Dios por todos ustedes, y los recordamos en nuestras oraciones”