14 de Febrero de 2015- Sabado
Partiendo del amor de Dios en mí, envío amor al mundo.
Amor incondicional
Fui creado del amor incondicional de Dios. Las circunstancias actuales o futuras no pueden derrocar esa verdad. Nada fuera de mí puede definir quien soy realmente: uno con el amor de Dios. La esencia del Espíritu vive en mí: más cerca que mi respiración y el latido de mi corazón. Amo por amar, y no buscando ser amado a cambio. Doy amor sencillamente porque es parte de mi naturaleza. Soy amor en acción cuando trato a mis seres queridos con bondad, doy una mano para ayudar, bendigo silenciosamente a alguien y perdono a quienes me han herido. Dios en mí es amor infinito, y comparto mi energía positiva y afable con el mundo.
Romanos 8:38
“Estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios: ni la muerte, ni la vida... ni lo presente, ni lo futuro”.