21 de Febrero de 2015- Sabado
Dejar ir
Pueda que mi mente cree máscaras para que yo las utilice basado en mis creencias y en las de los demás. Cada apariencia toma forma según pienso qué es lo que “debo” ser como padre, esposo, amigo o trabajador. Pero llevar una máscara esconde quién soy realmente y me priva de mi libertad. En verdad, soy una expresión única de la fuerza de vida más sorprendente que existe: ¡Dios! Al permitir que mi ser divino resplandezca, honro a mi ser verdadero, el cual es sabio y amoroso, compasivo y generoso. Cuando tengo presente mi herencia divina, poseo la guía y el poder para ser un buen padre, esposo, amigo y trabajador. Ya no necesito de una máscara.
Isaías 60:1. Levantate , resplandece; que ha venido tu lumbre, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.