2 de Marzo de 2015- Lunes
0ro con otros según se expande su conciencia de su naturaleza divina.
Orar por otros
Antes de orar con otros, centro mi atención en la paz de Dios en mí. La luz de Dios resplandece en mí y la dirijo amorosamente hacia mis seres queridos. Siento gratitud por las personas que han bendecido mi vida, y las rodeo de amor y paz.
Me afianzo en la verdad de que mis seres queridos están siempre envueltos en el amor de Dios. Al orar por ellos, afirmo que sus necesidades ya están satisfechas. Me regocijo al saber que descubren su naturaleza divina y que tienen todo lo que necesitan. Con un corazón agradecido, dejo ir cualquier duda o preocupación. Mis seres queridos son guiados, apoyados y amados de manera divina en todo lo que hacen.
Filipenses 4:7
“Y que la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guarde sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús”.