3 de Mayo de 2015- Domingo
La luz sanadora de Dios me renueva
Curación
Tal como amanece cada día, yo soy renovado en cuerpo, mente y espíritu con cada aliento que tomo.
Supero con facilidad cualquier enfermedad, física o emocional. Observo cualquier molestia o dolor y cualquier pensamiento o sentimiento que tengo como respuesta.
Evito crear historias fútiles acerca de mi salud. En vez de ello, presto atención a la luz de Dios en mí. Esta luz ilumina mi ser, revelando y sanando lo que ha de ser revelado y sanado. Visualizo que la primera luz del alba se vierte sobre mí e irradia por medio de mí. Levanto mis ojos hacia un nuevo horizonte de bienestar.
Mi cuerpo es fuerte, mi mente está en paz y mi espíritu es uno con la luz de un nuevo día. ¡Aleluya!
- Isaías 58:8 Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.