16 de Mayo de 2015- Sabado
La paz comienza conmigo.
Paz mundial
Cuando un conflicto surge, determino ser un faro de luz. La luz irradia de mí cuando mis pensamientos y acciones son afables. Calmo cualquier inquietud en mi mente tal como Jesús calmó la tormenta, diciendo: “Paz, aquiétate”. Permito que mi paz fluya hacia el mundo, consciente de que todos compartimos un mismo Espíritu.
Durante momentos de crisis, envío oraciones de paz a todos los afectados para ayudar a sanar sus corazones. Donde existe la guerra, envío pensamientos de amor, tanto a los soldados como a sus familias. Si soy testigo de un conflicto en mi comunidad, visualizo una resolución pacífica y benévola para todos. Contribuyo a un mundo de paz al tener presente que la paz comienza conmigo.
1 Pedro: 3:11
“Apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala”.