02 de Junio de 2015- Martes
Gracias, Dios, por el regalo del perdón.
Perdón
Doy y recibo el regalo del perdón poniendo toda situación dolorosa en manos de Dios.
Esto no quiere decir que apruebe lo que sucedió; simplemente que he decidido dejarlo ir.
Al aferrarme a experiencias tristes, revivo continuamente el dolor. Mi pasado solo tiene el poder que yo le dé.
Así que no permito que este me retenga o prevenga mi bien o bienestar.
Elijo quitar el peso del dolor emocional de mis hombros y entregárselo a Dios.
Escojo soltar el resentimiento, la ira y la aflicción.
Al dejar ir el sufrimiento pasado, reclamo la vida de paz que merezco hoy. mi carga se aligera y mi corazón se abre.
El perdón me libera para reír, amar y disfrutar de una vida de gozo. ¡Gracias, Dios, por el regalo del perdón!
Apocalipsis 21:4
“Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor”.