09 de Junio de 2015- Martes
Tengo mi atención centrada en la única presencia y el único poder.
Presencia
Cuando surgen retos, los supero con facilidad al mantener mi atención centrada en Cristo. Descanso en la conciencia del amor incondicional de Dios. En su presencia, soy fuerte, saludable y sabio. Veo claramente cómo dirigir mi energía hacia mi potencial más elevado.
Permito que la presencia de Dios fluya en mí y por medio de mí. Bien sea que cocine o practique el piano, lo hago con atención y dedicación. Irradio la luz divina al liderar reuniones, ir en autobús y descansar con mis amigos. Centrado en Dios, toda ilusión de separación desaparece. En este estado bendito, afirmo que hay solo una presencia y un poder, Dios, la esencia de quien soy.
Salmo 16:11
“Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre”.