15 de Junio de 2015- Lunes
Dios es la fuente del valor que me inspira y fortalece.
Aliento
Muchos de nosotros necesitamos que nos alienten de vez en cuando. Me aliento a mí mismo al reconocer que tengo un potencial que es mayor que las apariencias y que me ayuda a ir en pos de mis sueños. El poder de Dios está presente en mis pensamientos y palabras de aliento.
Al alentarme a mí mismo a perder peso, solicitar empleo, o dejar un hábito negativo, recuerdo que tengo el valor para lograr esas metas y aún más. Mi valor proviene del espíritu de Dios en mí.
Aunque no puedo dar valor a otros, puedo inspirarlos con la verdad sobre ellos mismos: El espíritu de Dios es también la fuente de su valor. Al proseguir con fe, tanto yo como todas las personas que son importantes para mí lograremos nuestras metas.
1 Tesalonicenses 5:11.Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.