20 de Junio de 2015- Sabado
El espíritu siempre presente de Dios me infunde paz y amor.
Consuelo
Pensamientos de consuelo que crean imágenes cálidas y que dan seguridad vienen a mi mente: una sopa caliente y saludable; una frazada suave en una noche fría; una mascota durmiendo en mi regazo; una conversación con un ser querido.
Sin embargo, el consuelo más grande de todos proviene del Espíritu siempre presente. Aun cuando parezca que no hay respuestas, Dios está allí. Respiro profundamente y oro, permitiendo que Su paz y amor llenen todo mi ser. Recibo seguridad espiritual, física y emocional. El cuidado y la paz me rodean, confirmándome que soy apoyado y amado.
Y nunca tengo que orar solo, puedo hacer una llamada telefónica y ser bendecido por el saludo conocido: “Silent Unity. ¿Cómo podemos orar contigo?”.
Salmo 147:1, 3
“Alabad a Jah... Él sana a los quebrantados de corazón”