26 de Junio de 2015- Viernes
El gozo de Dios es mi fortaleza
Gozo
Cuando recibo buenas noticias, cuando sé de un buen amigo o cuando un niño dice mi nombre, siento felicidad. Al ver una película cómica, oír un chiste o recordar algún acontecimiento gracioso, celebro mi alegría con risa. Sin embargo,
cuando mi corazón es despertado por una revelación de la presencia de Dios, mi gozo es completo.
Hay un manantial de gozo que Dios ha creado en lo profundo de mi ser.
El gozo de Dios es mi fortaleza y este no puede ser perturbado ni agotado. Gracias a su presencia moradora, reboso con un gozo glorioso indescriptible.
Salmo 126:2
“Entonces nuestra boca se llenó de risa y nuestra lengua de alabanza. Entonces decían entre las naciones: ‘¡Grandes cosas ha hecho Jehová con estos!’”.