27 de Junio de 2015- Sabado
Generosa y gozosamente participo en la circulación de bien.
Generosidad
Una tendencia innata del ser humano es recoger y almacenar bienes con la perspectiva de que puedan ser requeridos o necesarios en el futuro.
Sin embargo, desde una perspectiva un poco más espiritual, sé que si me concentro en acaparar lo que tengo, no estoy receptivo a recibir un mayor y nuevo bien, nuevas bendiciones.
Agradezco la ayuda y las bendiciones materiales que me llegan y de las cuales disfruto, pero, asimismo, me mantengo calmadamente desvinculado de ellas.
La facilidad con la que doy generosamente proviene de mi firme creencia en que Dios me provee de todo lo que necesito y aun más de lo que requiero.
Cuando doy creo un espacio en mi vida en el cual Dios vierte nuevas bendiciones.
La generosidad es para mí prácticamente un modo de vida, es una forma de vivir completamente.
Es de esta manera que puedo de una manera generosa, y activamente, participar en la circulación de bien.
2 Corintios 9:7
“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre”