15 de Septiembre de 2015- Martes
Dejo ir y abro mi mente y mi corazón a la luz divina.
Dejar ir
Pueda que me esfuerce casi hasta agotarme. Cuando esto sucede, el Espíritu me invita a descansar. Conforme dejo ir, la pared construida con la actitud de tener que hacerlo todo yo mismo comienza a resquebrajarse. La primera grieta deja asomar la luz de la ayuda divina. Recuerdo las palabras de Jesús: “Yo estaré con ustedes todos los días”.
Descanso en la conciencia de la presencia crítica en mí, mi esencia espiritual. Al vivir partiendo de esta verdad, suelto el agarre de los desafíos. Dejo ir cualquier sentido de separación y permito que la sabiduría, la comprensión y el amor divinos fluyan en mí.
Al permitir que Dios sea Dios en mi vida, mantengo el canal abierto para las respuestas, la guía y el amor que deseo.
Mateo 28:20
“Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”