26 de Septiembre de 2015- Sabado
Doy gracias por una vida próspera.
Prosperidad
La verdadera prosperidad no es un misterio, es una manifestación de fe, Jesús nos dio un ejemplo a seguir. Una multitud de cinco mil que se había reunido para escucharlo necesitó de alimento. Tomando cinco panes y dos pescados, Jesús dirigió su atención a Dios. Él reconoció su fuente, dio gracias por lo que tenía y lo bendijo. Jesús anticipó una abundancia de alimento y el milagro tuvo lugar.
Sigo su ejemplo y doy gracias por adelantado por aquello que deseo. Comparto mi bien con los demás afablemente. Doy gracias por mi cuerpo saludable, y lo sustento y utilizo para servir a Dios. Soy vigoroso y generoso. Vivo con fe y gratitud, y yo prospero.
Lucas 9: 16-17
“Jesús tomó en sus manos los cinco panes y los dos pescados y, mirando al cielo, pronunció sobre ellos la bendición, los partió... La gente comió hasta quedar satisfecha”.