29 de Septiembre de 2015- Martes
Acojo con gracia los cambios de la vida.
Cambio
En algunos lugares del mundo, cuando los días fríos se acercan, los animales se preparan para invernar y los árboles sueltan sus hojas. Instintivamente se mueven de una estación a otra. Los seres humanos tendemos a resistir el cambio, aunque sabemos que es una parte esencial de nuestro crecimiento.
Si encuentro que lucho con los cambios, recuerdo que estoy capacitado y preparado para manejar con éxito cada estación de mi vida. Visualizo que tal como los árboles sueltan sus hojas, yo suelto toda creencia y modo de ser que no sea para mi mayor bien. Sigo el ejemplo de los animales que invernan y brindo a mi mente y cuerpo momentos de quietud y reflexión. Mi vida sigue un patrón divino, y emerjo más fuerte, sabio y afable de cada estación.
Eclesiastés 3:1
“Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”.