09 de Noviembre de 2015- Lunes
Estoy presente, sereno y en paz.
Compostura
Los gimnastas hacen que caminar sobre una viga parezca fácil. Lo logran porque enfocan completamente su atención en lo que hacen. Doy la misma atención disciplinada y amorosa a cada actividad en mi vida.
Si comienzo a perder el equilibrio, no siento temor. Por el contrario, actúo con ecuanimidad. Permanezco en calma y hago ajustes para recobrar el balance. Comienzo por alinearme de nuevo con el único poder en mi vida: Dios.
Evito reaccionar exageradamente respirando profunda y pausadamente y permaneciendo consciente del Espíritu. Soy capaz de actuar con equilibrio, compostura y presencia. Mis pies permanecen plantados firmemente cuando me mantengo en unidad con Dios. Siento satisfacción y gozo y disfruto de paz mental aquí y ahora.
1 Timoteo 6:6
“Pero la piedad es una gran ganancia cuando va acompañada de contentamiento”.