14 de Noviembre de 2015- Sabado
La energía divina alivia mi espíritu y disfruto de paz.
Consuelo
Uno de los gozos en la vida es disfrutar de una fogata. El resplandor y el calor que emanan de esta me brindan consuelo y me recuerdan la calidez de la energía divina.
Mi hogar interno me ofrece sustento y calma ante cualquier situación desafiante.
En mi refugio divino me siento amado, protegido y en paz.
El consuelo llena mi corazón, y el dolor y la tristeza se disipan. Mi alma se mueve de la inquietud al sosiego. Siento cómo la energía divina restaura mi espíritu. Sé que estoy envuelto en el amor eterno de Dios.
Nueva esperanza surge para mí, y una vida satisfactoria y plena se vislumbra en mi horizonte.
Soy consolado, sanado y renovado en mente, cuerpo y espíritu. (F)
Salmo 84:3 Aun el gorrión halla casa,y la golondrina nido para sí,donde poner sus polluelos,
cerca de tus altares, Jehová de los ejércitos,Rey mío y Dios mío.