02 de Diciembre de 2015- Miercoles
Soy paciente y confiado, porque sé que Dios obra en mi vida.
Paciencia
Vivir en una época de comunicaciones rápidas, mensajes de texto instantáneos, transmisiones de noticias en vivo, etc., es conveniente. Sin embargo, cuando tengo que esperar por cosas tales como que me llegue un paquete o que la semana de trabajo finalice, puede que me sienta impaciente. Una semilla no puede apurarse, no importa cuán fervientemente añore probar su fruto.
Si encuentro que soy impaciente o que estoy forzando un resultado, hago una pausa y observo mis intenciones y emociones. Centro mi atención en el tiempo perfecto de Dios. Recuerdo que las cosas se darán en el momento perfecto y de la manera correcta. La paciencia me brinda paz mental según voy en pos de mis sueños.
Lucas 8:11, 15
“La semilla es la palabra de Dios... la que cayó en buena tierra son los que... retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia”