17 de Diciembre de 2015- Jueves

Doy por el gozo de dar.

Dar
Cuando pienso en qué he de regalar en esta Navidad, primero pienso en el amor. La cantidad de dinero que gaste no es de importancia. No doy porque me sienta obligado o presionado; por el contrario, doy gracias a la abundancia del amor de Dios en mí. De esta riqueza de Espíritu, doy sin pensar en recibir ni en que me lo agradezcan. El verdadero valor de mi regalo está en el espíritu de bondad y amor con el cual es dado. También recibo con agradecimiento, sabiendo que otros sienten gozo por mi receptividad.

Al compartir mi tiempo, mis talentos o tesoros en esta temporada navideña, doy de corazón, con gozo y sin reservas. Cuando doy con un espíritu de extravagancia divina, soy bendecido ricamente.

Mateo 2:11
“Luego, abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra”