20 de Diciembre de 2015- Domingo
El gozo está siempre solo a un pensamiento de distancia.
Gozo
Aunque recibir un regalo puede que me haga feliz, el gozo en sí es uno de los regalos más grandes. Este eleva mi corazón y, cuando lo expreso, las personas a mi alrededor son alentadas también. El gozo puede ser callado, como esa sensación que experimento en mi corazón cuando veo a un niño que juega feliz. 0 puede ser bullicioso, como esa risa compartida que hasta me hace llorar.
Toda alegría es una experiencia del corazón, una experiencia de Dios. Sentir júbilo está a solo un pensamiento de distancia. Cuando siento estrés en mi vida, me detengo y recuerdo mis muchas bendiciones. Pienso en la bondad dada y recibida. Mi espíritu se regocija al recordar el bien del cual he sido testigo en tantas personas y circunstancias.
Mateo 2:10
“Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo”