29 de Enero de 2016- Viernes
Me deleito en el poder iluminador de Dios en mí.
Luz
Una planta cerca de una ventana dirige instintivamente sus hojas hacia la luz del sol. Yo también me vivifico cuando moro en el resplandor de la luz de Dios en mí. Cuando dirijo mi atención al resplandor interno, instintivamente siento una oleada de nueva vida. Los sentimientos de melancolía se disipan. La luz divina irradia en mi mente y en mi cuerpo. El fulgor de Dios ilumina mi camino y resplandece por medio de mí para bendecir a otros. Los pensamientos y las emociones florecen a medida que moro en la luz de Dios. Afirmo: “Me deleito en el poder iluminador de Dios en mí". Al aferrarme a esta comprensión, la presencia del Espíritu disipa toda oscuridad. Mi mente está libre. Estoy en paz.
Juan 1:5
“La luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella”.