12 de Enero de 2016-Viernes
Curación
La naturaleza verdadera de todo ser es divina. Como creación de Dios, he heredado su salud, sabiduría, amor, fortaleza, paz y abundancia. Si paso por un reto de salud, esto no me hace menos divino. Todavía soy sano. Tomo un momento para reconocer la inquietud que siento. Recuerdo que esta situación, como todas las que surgen, pasará. Un atleta que aprende una habilidad nueva practica muchas veces antes de dominarla. Al afirmar salud de cuerpo, mente y asuntos, reclamo osadamente mi herencia de nacimiento: he sido creado según un patrón divino de vida y plenitud. Repito esta afirmación hasta que infunda todo mi ser. Vivo mi verdad, vida y salud perfectas a medida que el espíritu de Dios se expresa por medio de mí como vitalidad y sabiduría. (F)
Marcos 10:14 Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.