17 de Julio de 2016- Domingo
En el jardín de la oración siento paz y satisfacción.
En el jardín
Jesús conocía el valor de pasar tiempo en la naturaleza comulgando calladamente con Dios. Quizás él se sintió llamado a ser uno con la naturaleza en oración para experimentar paz y belleza.
Yo también puedo disfrutar de paz. Puedo detenerme por un momento e imaginar un bello jardín lleno de colores brillantes y aromas gloriosos. Respiro profundamente, inhalando esos aromas y llenando mis pulmones de aire puro. Dejo ir el aire liberando pensamientos negativos y sintiendo cómo mi cuerpo deja ir el estrés. Mis músculos se relajan y mi mente se llena de paz. Doy gracias por esta oportunidad sagrada. En el jardín, me uno a la fuente de toda vida y curación. Soy uno con Dios.
Isaías 58:11
Yo te guiaré continuamente, te daré comida abundante en el desierto, daré fuerza a tu cuerpo y serás como un jardín bien regado.