13 de Octubre de 2016- Jueves
Soy bendecido al orar por otros
Orar por otros
Jesús a menudo habló acerca de la oración. “Todo lo que pidan en oración, crean que lo recibirán, y se les concederá” (Marcos 11:24). Combino mi fe con mi imaginación para visualizar que mi oración ha sido contestada. Suscito los sentimientos que la oración contestada me proporcionaría y dejo ir. Al orar por otros, establezco una idea mental del resultado. Oro por eso o por algo todavía mejor. Oro con fe, y luego entrego todo a Dios. Cuando oro por otra persona, siento que recibo una bendición personal. Dios mantiene y fortalece mi vínculo con mis seres queridos. La preocupación o inquietud por un resultado disminuye la energía de mi oración, así que mantengo mi fe en el bien eterno de Dios. Al orar, sé que hice mi parte.
Lucas 18:1
Jesús les contó una parábola en cuanto a la necesidad de orar siempre y de no desanimarse.