08 de Noviembre de 2016- Martes
¡Según creo, recibo!
Cree
La verdad espiritual existe ya confíe en ella o no; el amor divino está presente ya crea en él o no; la inteligencia universal está disponible ya la acepte o no. Aunque siento gratitud porque el Espíritu es eterno e inmutable, reconozco que mi capacidad de recibir el tesoro divino depende de mi fe.
Si encuentro que los tiempos difíciles han nublado mi fe, corrijo mi actitud. Renuevo mi confianza en la bondad divina. Acepto que el tesoro y la gracia de Dios son para todos –incluyéndome a mí–. Recobro la confianza en mi habilidad de dar y recibir libremente. Alineo mis pensamientos con la mente divina y la verdad fluye prontamente en mi conciencia, aclarando el camino hacia mi bien.
Juan 12:46
Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.