20 de Diciembre de 2016- Martes
Mi espíritu se regocija en la infinita bondad de Dios.
Prosperidad
Gracias a mis sentidos puedo apreciar lo que la temporada navideña me ofrece: el abrazo de un ser querido, el aroma de las velas perfumadas, el resplandor de las luces de colores, el sabor de una comida recién hecha y la melodía de un villancico. Sin embargo, existe un gozo que me lleva más allá de lo que puedo percibir con mis sentidos físicos. Mediante un sentido más profundo del Espíritu, puedo percibir y apreciar la bondad divina que disfruto en mi vida. Dicha bondad fluye y se expresa continuamente en todo lo creado. Doy gracias por las bendiciones del pasado y del presente y siento agradecimiento por las que todavía están por venir. Mi espíritu se regocija en la infinita bondad de Dios.
Juan 4:24
Dios es Espíritu; y es necesario que los que lo adoran, lo adoren en espíritu y en verdad.