27 de Diciembre de 2017- Miercoles
Soy el arquitecto de mi vida. Mis pensamientos y acciones dan forma a mis experiencias. Al pensar de manera positiva y actuar afirmativamente, influyo cada experiencia que tengo. Si las condiciones en mi vida cambian de una manera que no es parte de mi plan, no me descorazono; por el contrario, creo un nuevo plan, sabiendo que el orden de Dios es la base sobre la cual descansa mi vida.
Veo cada cambio o reto como una oportunidad de crecer y cambiar. Me aferro a mi fe y permito que mi luz interna resplandezca. Recibo con gozo este momento y busco la bendición que guarda —lo que puedo dar y lo que puedo aprender de cada experiencia. Continuamente edifico una vida mejor.
1 Crónicas 22:19 Dispongan ahora su corazón y su ánimo a buscar al Señor su Dios. Levántense y edifiquen el santuario de Dios