El concepto de una Presencia y un Poder me asegura la presencia de Dios en todo aspecto de mi vida. Es un consuelo y una bendición tan grande saber que dondequiera que esté, por lo que quiera que esté pasando, Dios está conmigo y en mí como mi fuente.

Puede que me sienta abrumado por las tareas que tengo por delante, o desvinculado de los demás, pero nunca estoy solo. Siempre soy parte de la única Presencia y el único Poder que llenan mi vida y las vidas de todos mis seres queridos, de las personas que conozco y con las cuales me encuentro. Recordar esta verdad me proporciona una gran fortaleza.

Avanzo con un sentimiento de paz y el consuelo porque sé que la Presencia omnipotente está en mí ayudándome a cumplir mi propósito.