La naturaleza me muestra que el orden es esencial para toda demostración de vida. Un roble alto y majestuoso una vez fue una bellota. Recuerdo esta verdad a medida que progreso en mi camino espiritual.

No siempre he sentido que mi crecimiento haya sido una trayectoria hacia arriba. Mas he utilizado mi facultad del orden para avivar mi impulso interno, incitar mi avance y refinar y reenfocar mis metas. Antes de que existan las cosas tangibles, existen los pensamientos.

Utilizo la naturaleza como guía para recordar que hasta los árboles más altos comienzan minúsculamente. Mi crecimiento espiritual comienza en mi conciencia y florece con mis pensamientos. Acepto con beneplácito cada paso hacia adelante.