Hoy celebro la renovación que se lleva a cabo en la naturaleza durante la primavera. Recuerdo que en los meses de invierno el crecimiento de la naturaleza parecía detenido, mas la belleza y frondosidad de la primavera estaban en camino.

De la misma manera, mi espíritu necesita tiempo para renovarse y crecer. Orar me conecta profundamente con Dios. Salgo de los momentos que paso en el Silencio resiliente, renovado y listo para un nuevo comienzo.

Doy gracias por mi naturaleza espiritual, la cual crece y florece continuamente, ayudándome a expresar más plenamente mi humanidad única. ¡Dondequiera que eche raíces, creceré! Compartiré quién y qué soy para bendecir al mundo.