08 de Abril de 2020-Miercoles
Consuelo
LA GRACIA DE DIOS ME ENVUELVE.
Cada vez que me sienta perdido, desanimado o molesto me detengo, cierro mis ojos y respiro profundamente. Cualquier pensamiento inquietante se convierte en un indicio de que he de recordar el poder que mora en mí. Para cambiar mis pensamientos invoco un punto de vista más alto. Instantáneamente, siento que el amor inspirador de Dios me ofrece paz, comprensión y guía. Al descansar en Su amor, me siento tranquilo.
Libero las limitaciones percibidas y me sosiego sabiendo que soy guiado y amparado a cada paso de mi vida. Me libero de la carga de creer que tengo que lograrlo todo solo. Mi tristeza o malestar se transforma en bienestar y fe. Estoy envuelto en el reconfortante amor de Dios. Yo soy amado, valorado y digno.
Yo los consolaré a ustedes como consuela una madre a sus hijos.—Isaías 66:13