10 de Abril de 2020- Viernes
Perdonar
PERDONO A LOS DEMÁS Y ME PERDONO A MÍ MISMO COMPLETAMENTE.
Si lucho por perdonar, recuerdo el ejemplo de Jesús, quien le pidió a Dios que perdonara a quienes lo estaban crucificando. Si siento un dolor demasiado grande como para perdonar, afirmo que, en la Verdad, el amor de Dios está destinado a todos, sin importar lo que hayamos hecho. Recuerdo que el perdón es un proceso, y soy gentil y paciente conmigo mismo.
Practico el autoperdón y recuerdo que según la naturaleza humana somos menos tolerantes con nosotros mismos que con los demás. El amor de Dios sana todo dolor y me ayuda a perdonar a personas, experiencias y situaciones.
Nada está más allá de mi capacidad de perdonar porque, en Dios, nada es imperdonable. Mientras practico el perdón, dejo ir por completo.
Jesús dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen″.—Lucas 23:34