El gozo es más que una expresión de felicidad. La felicidad es el resultado de ser gozoso. El gozo es una cualidad interna, siempre disponible para mí, sin importar mis circunstancias. Incluso en tiempos de pena, acudo a mi interior y encuentro la alegría que es parte de mi naturaleza.

Para superar un sentimiento de pérdida o tristeza, reconozco mis sentimientos. Entonces, voy más profundamente a mi mente y corazón para conectar con mi gozo.

Tomo tiempo para percibir la belleza y el amor. Mi corazón se enternece al presenciar el afecto entre una pareja o una madre y su hijo. Cuando veo expresiones sinceras de bondad, mi corazón rebosa de gozo. Esto es posible porque el gozo ya está en mí, esperando fluir mediante mis propias expresiones afables.