Al apreciar los pasos de mis antecesores: exploradores, innovadores y mujeres y hombres que han dedicado sus vidas al servicio de otros, doy gracias por su audacia y valentía. Su valor ante los desafíos ha creado nuevos senderos. Ellos me inspiran a superar los retos, lo que me lleva más allá de cualquier límite preconcebido y expande mi mundo.

La fortaleza y el poder de Dios se expresan a través de mí y como yo. Yo soy valiente según exploro cada aspecto de mi ser. Hago preguntas determinantes y presto atención a la sabiduría divina. Mi entusiasmo me lleva a expresarme y andar con confianza por nuevos caminos. Ante todo, voy a mi interior para avivar aún más mi resolución. Tengo mucho por lo cual vivir y qué ofrecer.