Ya sea que una persona que yo conozca esté en un estado de celebración, tribulación, o entre uno y otro, trato de entender la situación por la que está pasando y le demuestro amor incondicional. Cómo reacciono a las circunstancias de otras personas dice mucho de mí.

Mis mejores maestros han sido aquellos con quienes he estado en desacuerdo. Le doy la bienvenida a cada oportunidad de crecimiento personal y ejercito mi habilidad de comunicarme afablemente. Pienso, hablo y actúo partiendo de una conciencia de amor. Siento mi unidad con otras personas. Al mirar los ojos de alguien puedo verme a mí mismo, y mi corazón se llena de compasión y empatía.