23 de Junio de 2020- Martes
Consuelo
SOY POR SIEMPRE UNO CON MIS SERES QUERIDOS.
Cuando un ser querido fallece, la experiencia es una de las más difíciles de afrontar. Aunque sé que no existe nada que pueda tomar el lugar de la persona amada que ya no está conmigo físicamente, encuentro consuelo en Dios.
Aun durante esos momentos cuando me siento sumamente abatido, sé que nunca estoy solo. El amor infinito e incondicional de Dios vive en mi corazón. Yo soy uno con Dios, uno con el amor divino, por ende, puedo lograr solaz, valor y paz profunda cada vez que lo necesite. Este sentimiento de unidad también mantiene cerca de mí a quienes ya no están en el plano externo de la vida. Y, aunque estemos separados físicamente, nuestras almas estarán por siempre entretejidas en el amor de Dios.
Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.—Mateo 28:20