03 de Agosto de 2020- Lunes
Calma
CENTRADO EN DIOS, PERMANEZCO TRANQUILO Y EN CALMA.
Una tempestad cerca de un lago tranquilo agita el agua, tornándola turbia según el sedimento se agita. Luego de la tormenta, la superficie se calma y el agua se aclara. La preocupación puede ser como una tormenta que agita mi mente y la ansiedad puede mantenerme enraizado en el miedo en lugar de afianzarme a la tierra con calma y confianza.
Si mi mente se siente abrumada por los vientos arremolinados de pensamientos y emociones inquietantes, recuerdo mi identidad espiritual y me sosiego. Afirmo: "Paz, aquiétate" y entro en el santuario de mi corazón. Sentimientos de serenidad y calma impregnan mi mundo interior. Los temores y las preocupaciones se disipan y mi mente se aclara. Estoy preparado para lo que mi vida pueda traer.
“Tú eres mi esperanza, mi Dios, ¡el castillo en el que pongo mi confianza!”—Salmo 91:2