26 de Agosto de 2020- Miercoles
Dejar ir
YO SOY INSPIRADO, GUIADO Y AMADO POR EL ESPÍRITU DIVINO.
Puedo sentirme frustrado, exasperado o impaciente cuando enfrento expectativas insatisfechas o decepciones. Resisto la tentación de culpar o encontrar fallas; en vez de ello, hago una pausa para reflexionar. Me doy cuenta de que enfadarme no me ayuda.
Entonces, determino tener la confianza y la paciencia para dejar ir y dejar a Dios actuar. Mis pensamientos van de las frustraciones a lo positivo. Estoy consciente de la presencia de Dios en mí y como mi vida. Al liberar la preocupación, me abro a una cálida seguridad de que todo está en orden divino. Por haber dejado ir, veo que las ideas fluyen libremente y discierno oportunidades que no había considerado anteriormente.
Entonces clamarás, y el Señor te responderá; lo invocarás, y él te dirá: “Aquí estoy. Si quitas de tu medio el yugo, el dedo amenazador, y el lenguaje hueco".—Isaías 58:9, 11