30 de Agosto de 2020- Domingo
Luz
LA LUZ DE DIOS ME RODEA.
Cuando la oscuridad proyecta sombras en mi vida o en las vidas de mis seres queridos, invoco la luz divina que vive en mí y se expresa como yo. Así como la luz del sol ilumina el cielo y todo lo creado, la luz de Dios ilumina mi mente, hace resplandecer mi alma y da calor a mi corazón.
Incluso durante los momentos más oscuros de la vida, la luz de Dios brilla en mí, y también brilla en el corazón de todas las personas. Al entregarme con gozo a esta luz, encuentro la fortaleza y el poder para superar todo desafío. Mediante actos de servicio y bondad, yo puedo ser la luz que ayuda a guiar a otros a través de un momento oscuro. Cada sonrisa, palabra amable, obra atenta y mano amiga tiene el potencial de iluminar el día de alguien.
Para los justos, la luz brilla en las tinieblas. Dios es bueno, justo y compasivo.—Salmo 112:4